Él es la desgracia [ 1 / 2]


No te pases demasiado.

Me has robado el bolso, pero ahora me pides que te compense, es increíble.

Penélope miró fijamente a ese verdulero con enojo.

La pérdida del bolso ya le había dejado preocupada, ahora resultó que el verdulero le hizo chantaje, por más bondadosa que fuera, sentiría injusticia.

El verdulero miró a Penélope con desprecio y dijo, Te digo que en este mercado, mi tío es la ley, ¿acaso quieres enfrentarte con él? El Calvo Loreto se mostró airoso, y evidentemente, la adulación del verdulero le hizo sentirse cómodo.

Rolando miró al Calvo Loreto y dijo, ¿Tu jefe es Héctor? Ya que sabes mi amparo, pues pídele el perdón a mi sobrino y compénsale, ¿a qué esperas? dijo el Calvo Loreto a Rolando.

Tu sobrino ha cogido el bolso de Penélope, teniendo en cuenta que tu jefe es Héctor, si nos lo devuelve, puedo perdonarlo.

Rolando dijo con firmeza.

Sin embargo, cuando escucharon esto, los de el Calvo Loreto empezaron a reírse a carcajadas, como si Rolando estuviera diciendo tonterías.

¡Qué ridículo! Dice que puede perdonarme porque mi jefe es Héctor, ¿quién cree que es? Mira, habla con un tono tan arrogante como si Héctor fuera su amgio.

se burló el verdulero.

Cabrón, creo que has entendido mal, Héctor es mi jefe, no tuyo, ¿crees que un personaje como Héctor te hará favores? el Calvo Loreto miró a Rolando con una risa fría.

He informado a Héctor, pues llegará pronto.

Entonces sabrás si me va a hacer favores.

dijo Rolando tranquilamente.

El Calvo Loreto rio de inmediato y dijo, No hagas un farol, he visto tantos trucos como este.

No lo puede ver cualquiera, incluso me es difícil verlo.

En cuanto a ti, es imposible.

Tío, no hables más con él, con ese rato, me tiene que compensar un mil euros más, pídele que me lo de.

Si no lo hace, muéstrale tu poder.

dijo el verdulero.

Chaval, ¿lo oyes? Nos compensas o no, si no, no nos queda más remedio que darte puñetazos.

el Calvo amenazó con frialdad.

Rolando rio y miró al verdulero, dijo, Vale, te compenso dos mil euros, pero no llevo dinero encima, pero en ese bolso que acabas de coger hay una carta de crédito.

Pues si me devuelves el bolso, te los retiro ahora mismo.

¿De verdad? el verdulero miró involuntariamente a su puesto.

Penélope no sabía qué quería hacer Rolando, porque en su bolso no había ninguna carta.

Ella tampoco esperaba que Rolando cediera tan pronto.

Claro que sí, entonces, ¿el bolso está en tu mano? Rolando esbozó una risa de burla.

No digas tonterías, no he cogido ese bolso, pero puedes decirme la contraseña de esa carta, y os ayudaré a buscarla, cuando lo encuentra, voy a retirar dos mil euros y os devolveré el resto.

aconsejó el verdulero.

Rolando rio fríamente, ya que dijo así, seguramente el bolso estaba en su mano, lo que dijo Rolando solo era para engañarle.

¿Cómo era posible darle el dinero de verdad? No hace falta, ahora sé dónde está el bolso.

Rolando se acercó a dónde cayó la mirada del verdulero antes, tendió la mano y levantó la ropa, debajo de la cual justamente estaba el bolso de Penélope.

En este momento Penélope entendió la intención de Rolando y admiraba su inteligencia por dentro, dijo de repente, Este es mi bolso, ¡ahora no puedes sofisticar! El verdulero no esperaba que lo que dijo Rolando era una trampa, le maldijo por dentro y quiso arrebatar el bolso de la mano de Rolando.

Mierda, el bolso es mío, ¡déjalo! Rolando dio una patada directamente al verdulero, ¿Tuyo? ¿Puedes decir qué hay dentro? El verdulero cayó en el suelo y volvió la cabeza mirando al Calvo Loreto, Tío, me pega, ¿no vas a hacer algo? Cuando el Calvo Loreto estaba a punto de mandó a su gente que pegara a Rolando, vio que a la puerta del mercado, Héctor entró con un grupo de gente, y cambió de cara, porque no esperaba que de verdad Héctor viniera al mercado.

Y no pudo evitar de mirar a Rolando al lado.

¿Acaso de verdad fue él que le había llamado a Hector? El Calvo Loreto no se atrevió a hacer nada con Rolando por haber visto a Héctor, si de verdad vino por Rolando, Héctor no lo iba a dejar en paz si hizo algo con Rolando.

Pronto, Héctor y su gente se acercaron a la muchedumbre.

Su gente la separó, cuando Héctor vio al verdulero en el suelo, dijo con indiferencia, ¿Eres tú que has provocado a Rolando? El verdulero no conocía a Héctor, por eso no sabía quién era y maldijo directamente, ¿Quién cojones eres? ¿El ayudante de ese imbécil? Te digo, el jefe de mi sobrino es Héctor.

Si eres sensato, lárgate ya.

El Calvo Loreto quería saludar a Héctor para explicar lo que pasó aquí, pero el verdulero regañó a Héctor antes de que él abriera la boca.

Se puso pálido por miedo, luego se acercó al verdulero y le dio una bofetada reprochando, ¿A quién quieres que se vaya? Este señor es Héctor, ¿quieres morir o qué? Los otros también se asustaron por lo que dijo el Calvo Loreto, no esperaban que ese famoso Héctor apareció de verdad aquí.

El verdulero se quedó atónito, en seguida se le puso la piel de gallina.

Miraba a Héctor con susto, luego se levantó y se arrodilló ante Héctor.

Héctor, estoy ciego, perdón, lo que digo es tontería, no te lo tomes en serio, soy imbécil, me abofeteo ya
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