El lápiz labial [ 1 / 2]


Cuando Trevor se dio la vuelta, descubrió que era Sylvia la que estaba parada al otro lado de la calle, agarrada del brazo de Dennis.

Ambos parecían sorprendidos de verlo.

Denis no solo estaba asombrado, sino también confundido, pues el Maserati se le hacía familiar.

"¿Cómo es posible?", murmuró Sylvia con los ojos estupefactos, "¿Ese Maserati es suyo?".

Para ella, Trevor había caído en bancarrota después de gastarlo todo en la fiesta.

Si bien Dennis se escabulló de la fiesta sin pagar nada, al día siguiente les reintegró el dinero a sus compañeros de clase, dejando en claro que era un hombre con muchos recursos.

Un nuevo rico como Trevor jamás podría llegar a compararse con él.

Sin embargo, Sylvia estaba consternada con lo que tenía ante sus ojos, pues no había manera de que Trevor pudiera costearse un auto tan lujoso.

Tampoco quería que a él le fuera mejor que a ella.

"¿De quién es ese auto?", preguntó.

Pero Trevor no quería enfrentarse a ella y a Dennis.

En consecuencia, se dio la vuelta y estuvo a punto de alejarse.

Pero Sylvia lo siguió y le gritó: "Respóndeme, te hice una pregunta!", "Es de un amigo", respondió Trevor, sintiéndose acorralado.

"Oh, ¿es el auto de un amigo? ¿Y quién es ese amigo? ¿Cómo es que tienes amistades tan pudientes? ¡No te creo!".

Sylvia no estaba para nada convencida.

"Ya queda de parte tuya si me crees o no.

.

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Además, no es asunto tuyo si tengo un amigo adinerado, ¿ verdad?".

Los celos de la mujer eran palpables.

Sin duda, Trevor había cambiado mucho, pues ni siquiera se inmutó por los reclamos de Sylvia
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