Verdad o reto [ 2 / 2]


Yo no le obligo a mover la mesa.

Brenda se enojó, sintió injusticia por Rolando, pensó que su mejor amiga no la dejaba tranquila.

Rolando miró a Natalie.

Y ella lo miró con arrogancia, creyendo que Rolando no podía mover una mesa tan pesada, por lo que debería admitir que era una basura frente a todos.

Rolando sonrió, luego se puso de pie y le dijo a ella, Permiso.

¿Qué estás haciendo? ¿Vas a mover la mesa en serio? Los ojos de Natalie se abrieron grandísimos.

Rolando debería estar loco, esta es una mesa de mármol, que pesa más de ciento y cincuenta kilos.

En realidad cree que puede levantar una mesa tan pesada, y no tiene miedo de lastimar su cintura.

Si puede levantar esta mesa hoy, comeré mierda en vivo.

Rolando echó un vistazo en la mesa, encontró el punto en que se le facilitaba usar toda su fuerza, pusieron sus dos manos encima, respiró profundamente, de repente utilizó toda su fuerza, y levantó un poco la mesa.

Luego movió la mesa un poco apresuradamente, y soltó la mesa enseguida.

Todos miraron esta escena sorprendidamente.

¡Era una mesa de más de ciento y cincuenta kilos! Realmente Rolando la levantó y la movió cinco centímetros.

Natalie lo miró como si estuviera mirando a un monstruo.

Él.

.

.

¿cómo pudo tener tanta fuerza? ¿No podría ser el resultado de trabajar en casa todos los días? Maldito sea, se necesita mucho trabajo para ejercitar tanta fuerza.

Tengan en cuenta la posición de Rolando en su familia.

Debe hacer las tareas más agotadoras.

Si hiciera tareas tan agotadoras todos los días, podría tener la fuerza como la suya.

Tienes razón, cuanto mayor es la fuerza, más trabajo ha hecho en casa.

Lo hice.

Rolando la miró a Natalie fijamente, y volvió a sentarse al lado de Brenda.

Brenda lo miró a él, preguntó, ¿Cómo pudiste tener tanta fuerza? Él rio, y dijo, Tal vez por todos los trabajos que he hecho en casa.

En inmediato, ella volteó sus ojos a él, pensando ¿en qué Rolando se estaba quejando? Pues, en el futuro, haría los trabajos con él.

Todos volvieron a jugar de nuevo, solo que esta vez nadie se atrevió a tirar dados con Rolando.

Alex se fue al baño y nunca volvió, a Rolando le pareció que debería estar durmiendo abrazando el retrete.

Escuchando el ruido que hacían los demás, Rolando se volvió y le miró a Brenda, trajo los dados, los agitó frente a ella, dijo, Osea, ¿vamos a jugar nosotros dos? No.

.

.

Eres demasiado bueno en eso.

Le dijo Brenda.

Esta vez no voy a usar técnica, solo con suerte.

Rolando rio y dijo.

Brenda pensó un segundo, asintió con la cabeza.

Rolando tiró los dados en inmediato, esta vez no usó ninguna técnica, solo fue con su suerte, Diez puntos.

Él sacudió su cabeza, riendo.

Brenda tomó los dados, los agitó fuertemente, había dos cincos y un cuatro, se puso a reir alegremente.

Son catorce, perdiste tú.

Al ver que Brenda se puso tan alegre, él también sintió mucha alegría, perdió a ella con mucho gusto.

Sí.

Perdí yo.

Dime ¿qué quieres que haga? Brenda pensó seriamente, le miró a Natalie, como si se le ocurriera algo, dijo a Rolando con los dos ojos brillando intensamente.

Si puedes cantar una canción, te quiero escuchar que cantes.

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