El jefe real. [ 1 / 2]


Los tres se puso muy confusos, no entendían por qué un chófer podía entrar en esta sala de conferencias.

¿Por qué está aquí este tipo? ¿No sabe que estamos haciendo la entrevista? ¿Acaso que quiere causar líos? teniendo mucho miedo de que viniera por ellos, Kadarina preguntó con preocupación.

Tranquila, la jefa está aquí.

Por más atrevido que sea, no se atreve a hacer nada enfrente de ella a menos que no quiera su trabajo Marc la calmó algo pensativo.

Kadarina asintió con la cabeza pero no podía entender por qué estaba aquí este Rolando.

Al entrar, Rolando se dirigió directamente a Rosalía.

Tiró un mirada a los tres con una sonrisa extraña en la cara.

¿Pero por qué nos muestra risa tan taimada? ¿Ha venido aquí para montarnos lío? notando esta sonrisa, Kadarina siguió preguntando a Marc.

Marc frunció las cejas, quien tampoco entendía lo que estaba pasando.

Creo que es sola una risa, nada más en este momento, Rosalina intentó hablar por Rolando otra vez aunque tuviera muchas dudas,también.

No podemos dejarlo arruinar la entrevista.

Si hace algo malo y nos echa la culpa, estaremos jodidos Kadarina se puso nerviosa y dijo.

Aquí tengo mi pariente y lo voy a echar.

Evidentemente está aquí para provocarnos confusión.

Me dará las gracias la jefa si echo a este tipo Marc hizo pensamiento y luego planteó una propuesta.

Otra vez Kadarina creía que tenía la razón este y asintió con la cabeza enseguida.

Marc se incorporó de la silla con la intención de echarlo enfrente de la directora.

Sin embargo, en este momento, Rosalía también se levantó con sonrisa dulce para desocupar el asiento a Rolando y luego se sentó a su lado.

Al notar esto, Marc se puso asombrado.

No pudo creer que la directora le ofreciera a este tipo el asiento suyo con gusto.

“¿Qué pasa ahora?” Marc se quedó más confuso.

Señor, ¿qué pasa? mirándolo, la gerente de personal le preguntó.

Nada.

Que no me siento bien sentándome tanto tiempo y me levanto para estirarme un poco.

Está bien, pues siéntese bien por favor la gerente mostró muy evidentemente su disgusto por esto.

Inmediatamente Marc volvió a senatarse, y le surgió un sudor frío en la frente.

Bajo la atención de todos, Rolando se sentó en el asiento que le desocupó Rosalía.

No me jodas, por favor.

¿Ese no es chófer? Pero ¿cómo puede sentarse aquí? ¿Qué cojones están pasando? ¿Acaso que este chófer tiene otra identidad secreta? ¡No puedo creer! Han dicho los tres que ese es gigolo de las mujeres ricas, ¿no? ¿Por qué puede estar aquí? Muchos de los alumnos no podían creer lo que estaba pasando y murmuraban sin cesar.

Al verlo sentado, la gerente de personal hizo un gesto con la mano para que se quedaran callados.

He dicho que hoy son afortunados porque el chófer que les ha llevado es el jefe real del Grupo Azul.

Y lo que ha hecho es una prueba para ustedes.

Creo que aproximadamente, nuestro jefe les ha tenido la opinión determinada.

Ahora vamos a darle bienvenida para que les dé las palabras.

Al escucharla, todos mostraron una expresión asombrada.

Con la boca bien abierta fijaron los ojos en Rolando
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