La mentira. [ 1 / 2]


En el chalé de la familia Cabral.

Después de volver a casa, Brenda no podía olvidarse del aspecto de aquel hombre que había visto en la universidad como si se hubiera arraigado en su mente.

Con una mirada sola, la cara permanecía en su cabeza.

Recordó cómo aquel hombre le había hablado y le había llamado, no importó cómo lo pensaba, creía que era muy sincero y podía sentir la pasión que ocultaba en sus ojos.

Si fuera un mentiroso, pues su actuación sería demasiado buena.

Pero lo más increíble era cuando vio a aquel hombre, le sonaba mucho.

En aquel entonces, tenía un fuerte impulso de abrazarlo.

Si este hombre estuviera haciendo trucos, ¿cómo se explicaría su este sentimiento extraño? Sin embargo, Ámbar le había reprochado con mucha emoción y había salido de la Universidad F cogiéndola, no le quedó más remedio para encontrarle otra vez y contarle sus dudas.

No lo pensó detenidamente hasta que ahora se calmó.

Ella afirmó que tenía una relación bastante profunda con aquel hombre antes de perder su memoria, de lo contrario, no le habría aparecido tal sentimiento.

El doctor le había dicho que ella debía contactar más con las cosas familiares, eso era favorable a ayudarle recuperar la memoria.

Al ver a aquel hombre, unas memorias confusas pasaron rápidamente por su mente.

Si tuviera más contacto con él, a lo mejor podría recuperar su memoria más pronto.

A pesar de que Calvimontes le trataba muy bien, tanto su padre como esta familia le parecían un poco desconocidos,por lo tanto, deseaba recuperar su memoria cuanto antes.

Ella estaba metida en su meditación, en este momento, se abrió la puerta.

Entró Ámbar, que le trajo una sopa.

La puso en la mesa.

Señorita, he preparado la sopa para ti.

Prueba.

Le echó una mirada.

Ámbar, sigo pensando en aquel hombre raro con que nos hemos encontrado en la universidad.

¿Puedes encontrarlo para mí? Quiero preguntarle por qué me ha engañado.

Al oírlo, le contestó sin pensar dos veces: ¡Vaya! Señorita, te he dicho que aquel hombre es un verdadero loco.

Se te ha acercado con mala intención, sin mi piedad, él habría estado en la prisión.

No lo pienses más sus disparates.

Pero.

.

.

Brenda quería objetarle.

Señorita, toma la sopa.

Deja de hablarlo conmigo.

El señor Calvimontes va a venir, y él ya se ha enterado de lo que te ha pasado, por eso viene a consolarte le dijo en tono duro.

La mujer se quedó callada.

Aunque Ámbar era su sirvienta, siempre tomaba la decisión sin su permiso.

Al final de las palabras, se fue sin hacer más caso a Brenda.

La chica se enfadó sintiendo que ella, señorita de la familia Cabral, era igual que un animal doméstica.

¡Ella no contaba con la libertad! No podía hacer lo que le daba la gana, incluso no tenía el derecho a encontrar a la persona a que quería ver.

¡Qué pobre era! La puerta no tardó mucho en volver a abrirse, y esta vez entró Calvimontes.

Le dio una mirada suave, sonrió.

¿Por qué no tomas la sopa? Fijándose en él, le preguntó: Papá, ¿qué experimenté? ¿Por qué aquel hombre me ha dicho que yo soy su mujer? Calvimontes se le acercó, levantó la mano para acariciar su pelo y le contestó: Gracia, ¿sabes? Pese a que nuestra familia no es la más fuerte en la Ciudad H, con nuestra capacidad, poseemos la admiración de mucha gente.

En este mundo, hay mucha gente que quiere obtener ventajas sin realizar ningún trabajo, y hace todo lo posible para lograr beneficios.

Eres mi hija, la señorita de la familia Cabral.

Todo el mundo sabe si tiene relación contigo, tendrá muchos beneficios.

No podemos negar que haya unos desvergonzados que quieren aprovechar tal manera para tener contacto con nosotros.

Unos meses antes, una mujer desconocida me encontró y dijo que tenía un hijo conmigo.

¡Qué ridículo! Tranquila, chica, olvídalo.

Brenda frunció el ceño: Pero aquel hombre me suena mucho.

.

Al oírlo, la crueldad imperceptible pasó por sus ojos, pero todavía mantenía la sonrisa: Es muy inteligente aquel pícaro, ¿no? Si no hubiera podido hacerte producir tal sentimiento, no se habría atrevido a correr el riesgo para engañarte.

Y luego sacó el móvil y le mostró una foto: Mira, cuando eras pequeña, este muchacho era tu mejor amigo, que solía venir a nuestra casa a jugar.

Pero debido al cambio del trabajo de sus padres, se marcharon.

En aquel entonces, lloraste mucho por esto.

Mi asistente ha investigado este asunto, y descubre que aquel hombre conoce bien a tu amiguito.

En mi opinión, tal vez los dos crecieran juntos, después de enterarse de que que vosotros fuisteis amigos, se le ocurrió esa mala idea.

Como sabemos, las personas que crecen juntas, siempre son parecidas en algunos aspectos.

Ya llevas tanto tiempo sin verle, es normal que no puedes reconocer a tu amigo de la infancia
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