La intriga de Miliano [ 1 / 2]


En el bar.

Miliano y los demás sentaban aquí, a la mesa llena de diferentes vinos, y varias chicas con poca ropa bailaban al ritmo de la música.

Miliano tomó la copa de vino con los demás, luego dio una mirada en su alrededor, sonrió.

No saben dónde está Rolando ahora, ¿si nos está observando en alguna esquina? ¿Es un gigolo? Puede que haya empezado aprovechar su ventaja y ya está en la cama de alguna vieja mujer rica un hombre al lado de Miliano dijo.

Todos sonrieron al oír eso sin ocultar en absoluta la ironía por Rolando.

Solo Rosalina frunció el ceño, le parecía abominable que se burlaran de Rolando de esta manera.

Pero no podía defender por él, entonces quería salir de allí cuando antes.

Miliano miró a Rosalina y se dio cuenta de su expresión.

Creía que las burlas a Rolando la dejaría conocer su naturaleza, y comenzar a considerarlo como un cobarde.

Sin embargo, la expresión de Rosalina demostraba evidentemente que ella sentía inapropiada que ellos se burlaran de Rolando.

Esto hizo que su rostro, que había estado sonriendo, se volviera sombrío bruscamente.

En seguida, dio un vistazo al joven a su lado y le susurró en voz baja.

El chico sonrió maliciosamente para expresar que ya lo entendía, luego se levantó y salió.

Un poco tiempo después, el chico regresó con unos hombres de mediana edad.

Ellos se dio vuelta a ver las mujeres que estaban bailando.

Al verlo, Miliano dibujó una sonrisa leve en sus labios, recogió su copa, miró a Rosalina y se levantó.

Rosalina, te veo que no está alegre, ¿qué pasa? ¿Qué te parece que tomamos una copa? dijo Miliano.

Rosalina rechazó inmediatamente: No sé beber, lo siento mucho.

Rosalina, eso es tu culpa, los vinos en la mesa son muy caros.

Ahora Miliano quiere tomar una copa contigo, debería darle respeto dijo el chico que sentaba al otro lado de Rosalina.

Dicho eso, el resto empezó inmediatamente a persuadirla para que tomara una copa con Miliano.

Rosalina, acéptalo, no te emborrachará solo una copa.

Todos venimos a divertirnos, no le deja embarazoso a Miliano viendo a todos estaban persuadiéndola, Kadarina también incorporó a ellos.

Rosalina se confundió por la situación, no entendía por qué no beber una falta de respeto a Miliano.

Pero pensaba que sí que no pasaría beber solo un copa de vino, entonces asintió: Vale, tomo una copa contigo.

Luego, levantó la copa y el chico que estaba al lado le sirvió inmediatamente el vino.

Rosalina, levántate, para demostrar tu respeto a Miliano el chico se levantó sonriendo.

Rosalina no sabía mucho sobre eso, entonces se levantó cuando oyó sus palabras, e imitando lo que hacía la gente en la televisión, brindó la copa con Miliano.

Miliano le dio una sonrisa, luego se bebió la copa.

Rosalina también iba a beber.

Justo a este momento, el chico que se levantó junto con ella chocó contra su brazo fingiendo sufrir un mareo de repente.

El vino de su copa se derramó sobre un hombre que estaba al lado del asiento.

No puedo seguir, ya he bebido demasiado
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