Aprovechar las redes personales [ 1 / 2]


Suéltame.

Si me hacéis daños, os meterán en la cárcel Rosalina gritó a voz en cuello.

Ja,ja, no te preocupes.

Aprovechando las relaciones y las platas, podemos resolver todo esto.

No seas tan inocente, chiquita dijo un hombre con barriga gorda y pelo corto.

Los hombres le tocaron el cuerpo de Rosalina sin cuidarla.

Suéltala de repente, sonó una voz baja y vigorosa.

Rolando ya había entrado en el edificio y se fijó en los hombres fríamente.

Al oírlo, estos tipos pararon y se volvieron a mirar hacia la puerta.

Cuando encontraron que era solo un joven común, el hombre barrigudo lo insultó: ¿Quién eres? ¡Vete, no nos molestes aquí.

Rosalina también albergó la esperanza de que Rolando pudiera salvarla cuando lo vio, pero descubrió pronto que estos hombre no eran fácil de tratar, y a lo mejor Rolando no podía vencerlos solo.

Ella se apresuró a gritar: ¡A llamar la policía! La policía los va a detener.

No puedes derrotar a tanta gente.

¡Huye ya! Oyó las palabras de Rosalina, el hombre barrigudo pensó un rato y lanzó una mirada a un lacayo a su lado.

Este se levantó pronto y se abalanzó a la entrada para cerrar la puerta.

Aunque ellos no temían a la policía, la situación sería complicada si la policía llegara.

Lo más importante, los obstaculizaría hacer las cosas que quisieran.

Ellos estaban borrachos y el deseo les estaba creciendo.

Ahora no les importaba nada excepto la chica hermosa.

No te escaparás de aquí.

Después de terminamos, te diremos una buena lección por haber metido donde no te llaman el barrigudo dijo fríamente.

Atadlo y echadlo aparte, no le dejéis impedirnos.

Los hombres detrás del barrigudo se levantaron de un golpe y se acercaron a Rolando riendo maliciosamente.

Ante esta situación, Rosalina se puso más inquieta.

Creía que Rolando debería apresurarse a escaparse de aquí para acudir a la policía.

Esto sería la mejor manera.

Pero este solo se quedó aquí con una cara serena y vio al lacayo cerrar la puerta sin hacer nada.

Rosalina se quedó tan preocupada que no podía dirigir ninguna palabra.

Ya habían bloqueado la salida y hasta querían golpear a Rolando.

Rosalina sentía que no solo pidió la oportunidad de escapar, sino también comprometió a Rolando.

Rolando, no pelees con ellos.

Viniste aquí por mí, no quiero que te hagan daños.

Si no puedes huirte, sométete a ellos.

Así podemos reducir pérdidas Rosalina le dijo.

El barrigudo se rio y comentó: No sabía que eres tan amable.

¿Entonces vas a hacer todo lo que queramos? Rosalina apretó los dientes y le echó una mirada de repugnancia.

Rolando dio una risa a Rosalina: No te preocupes, no nos pasa nada.

Solo son unos degenerados que no pueden armar ningún escándalo.

Las palabras de Rosalina hicieron a Rolando pensar que de veras era una chica bondadosa
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