Eso, t� sigue [ 2 / 2]


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" Sin embargo, justo en ese momento, la puerta de la habitaci�n se abri� de un empuj�n y Xue Mingxin entr� con una delicada cajita de hierro.

Antes de que pudiera terminar la frase, levant� la vista y vio que Xu Lei, con la ropa desarreglada y la cara sonrojada, estaba apoyada en el sof� por Ye Fan, con la boca a�n gritando no, no, no.

"Cierto.

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Lo siento.

" "Sr.

Chu, no sab�a que usted y la Srta.

Xu estaban.

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" "Eso, las cosas est�n guardadas, ustedes contin�en.

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Continuad.

" El viejo rostro de Xue Mingxin se crisp� y al instante se sinti� avergonzado y aterrorizado.

Entonces se apresur� a dejar sus cosas, gir� la cabeza y se fue.

"Hey" "Est�pido est�pido, deber�a haber llamado a la puerta.

" "Pero el Sr.

Chu tiene mucha prisa" "�Todav�a no ha oscurecido?" Fuera de la puerta, Xue Mingxin se arrepent�a y culpaba repetidamente, aterrorizado.

Sin embargo, mientras estaba aterrorizado, Xue Mingxin sacudi� la cabeza y solt� una risa amarga.

Se sent�a tan bien ser joven, poder hacer lo que uno quisiera.

"Pero no esperaba que la Segunda Se�orita Xu, que normalmente era fr�a, majestuosa y agraciada, se volviera inmediatamente blanda alrededor del dedo bajo el se�or Chu".

Pensando en esto, Xue Mingxin sinti� envidia y admiraci�n por Ye Fan.

Era cierto que la salmuera se hab�a utilizado para hacer cuajada de frijoles, y una cosa estaba sometida a la otra.

Xue Mingxin se alej� r�pidamente, naturalmente sin atreverse a molestar de nuevo a Ye Fan en sus buenas acciones.

Al no atreverse con la habitaci�n, Ye Fan y Xu Lei se sintieron un poco avergonzados.

"Eso.

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Eso, Peque�a Lei, no te preocupes, me fumar� a ese bocazas despu�s de un rato.

" "�C�mo te atreves a decir tonter�as" Despu�s de ser malinterpretado hace un momento, Ye Fan se hab�a apresurado a abandonar el sof�.

Aunque Ye Fan y Xu Lei estaban tan unidos como hermano y hermana, ambos no eran j�venes despu�s de todo, y era realmente el momento de prestar atenci�n a su imagen de estatus.

Ahora que eran incomprendidos, a Ye Fan no le importaba mucho, pero Xu Lei, una joven dama, ver�a empa�ada su reputaci�n.

Si se corr�a la voz, �c�mo podr�a casarse con alguien en el futuro? "Peque�o.

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Hermanito Fan, est� bien, no me importa.

" La bonita cara de Xu Lei estaba tan roja como el fuego mientras hablaba t�midamente en ese momento, pero siempre mantuvo la cabeza gacha, avergonzada de mirar a Ye Fan en absoluto.

Durante un rato, la atm�sfera en la habitaci�n fue sorprendentemente un poco inc�moda.

Ye Fan s�lo se sent�a inc�modo y miraba a su alrededor, dispuesto a encontrar un tema del que alejarse tambale�ndose.

Fue entonces cuando se fij� en la caja de hierro que Xue Ranyang hab�a hecho que le trajeran.

"Oye, esta caja de hierro es bastante exquisita".

"Supongo que es un regalo de esa cosa vieja de Xue Renyang, �verdad?" "Peque�o Lei, por qu� no la abrimos y echamos un vistazo".

Ye Fan ri� acaloradamente.

Xu Lei asinti� con la cabeza, y despu�s de que Ye Fan divagara, el escarlata de su bonita cara se desvaneci� unos puntos.

Despu�s, un par de hermosos ojos tambi�n miraron hacia la mano de Ye Fan.

Ye Fan no dud� y abri� la caja de hierro con un chasquido.

Pero cuando vio lo que hab�a dentro, la cara de Ye Fan se volvi� negra.

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