La eliminación de la Familia Aldana. [ 1 / 2]


La voz punzante atrajo la atención de la gente, y la cual se volvió.

Vio que Rolando estaba allí con las manos metidas en los bolsillos.

¡Es Rolando Laguna! uno gritó.

El hombre se le acercó a Hector y le echó una mirada para señalarle que lo solucionaría sí mismo, por eso el cual le abrió el paso.

Rolando también dio un vistazo a Blanca, pero la chica apartó la vista tan pronto como se miraron a los ojos.

Obviamente, pese a que se quedaba en el estado borracho, ella no quería verlo.

Sin remedios, él lanzó un suspiro.

Ahora no podía pedirle perdón porque tenía que acabar con el lío actual.

Jacobo le observó de arriba abajo, luego frunció el ceño.

No se imaginó que apareciera otro hombre para intervenir en esta cosa.

Sin embargo, no tenía nada miedo.

Le daba igual que vinieran cuántas personas de esta ciudad.

Sentía que el nombre “Rolando Laguna” era muy familiar, y parecía que lo había oído en algún lugar.

Joder, hijo de puta, ¿quién eres? Si viniera mi papá, me temo que tendrías que pedirle disculpas de rodillas le exclamó.

Rolando se le acercó, hizo una indicación a Blanca con la mano, le preguntó en voz frío, ¿Has acosado a ella? ¿Cómo? Voy a follarla, ¿qué puedes hacer? le contestó con desdén.

Pídele disculpa, te perdonaré.

De lo contrario, no solo a ti mismo te tocará la mala suerte le advirtió.

Jacobo estalló en llanto, Joder, ¡qué fuerte eres! ¿eh? Ellos te han llamado “Rolando Laguna” , ¿sí? Recuerdo que la última vez estuve en la Ciudad Río, me enteró de ti, eres invertebrado que te apoyas en tu mujer.

¿Quieres que yo pida disculpa a una persona como tú? Luego, miró en torno suyo con un gesto ufano gritando, ¿Él es el conocido invertebrado de tu ciudad? Casi me muero de risa, un invertebrado se atreve a fingirse ser arrogante ante mí.

Muy interesante, ¿no? Al principio, él creía que la gente se burlaría de Rolando siguiéndole, pero no se imaginó que todo el mundo se quedara silencioso al final de sus palabras.

Los habitantes se le fijaban con ojos raros, como si estuvieran mirando a una imbécil.

Eso le puso en una situación vergonzosa.

No sabía por qué ellos mostraban tal gesto.

Según lo lógico, al ver que un invertebrado vino a provocar a un señor de la familia de la Ciudad Jing, ellos debían humillarle con él.

Si Rolando hubiera aparecido aquí y le hubiera dicho tales palabras hacía un mes, ellos se burlarían de él como lo que pensaba Jacobo.

Sin embargo, después de la boda lujosa, nadie tomó a Rolando como desperdicio.

Nadie ponía lo que había dicho Rolando en duda, Jacobo realmente era un señorito de la familia de la Ciudad Río, pero solo era una familia de segunda clase, en cambio, la familia Laguna y el Cámara de Comercio habían hecho un regalo de altísimo precio cuando Rolando celebró su boda.

Las dos potencias de primera de la Ciudad Jing prestaban tanta atención a Rolando, si alguien siguiera tomándole como invertebrado, sería estúpido.

¡Qué desafortunado es que provoque a Rolando! Si no me equivoco, acabará mal.

Solo es un señorito de una familia pequeña, y Rolando tiene profunda relación con la familia Laguna.

¿Cómo es posible que venza a Rolando? ¡Ridículo! ¡Qué estúpido! Sigue pensando que Rolando es invertebrado.

Ahora nadie de la Ciudad Río no sabe que él es altivo.

La gente al rededor cuchicheaba.

Jacobono lo podía escuchar claramente, por eso no entendía por qué reaccionó así.

En su opinión, sin importar cómo hicieran ellos, no tenía por qué asustarse a tal desperdicio.

Entrecerró los ojos, le dijo en voz indiferente, Ya que te atreves a mandarme que pida perdón, ahora te contesto: ven a arrodillarte y tocar el suelo tres veces con la frente, luego llama a la mujer que me complazca esta noche, te perdonaré.

Si no, te haré que no puedas seguir viviendo en esta ciudad, a pesar de que la potencia de mi familia reúne en la Ciudad Jing.

Al oírlo, Rolando adelantó y le abofeteó, Mereces la bofetada por hablar insolentemente.

Sintió que el dolor encendió la cara, por su parte, la cubrió con la mano.

Mierda, ¡te atreves a pegarme! Jacobo se inquietó inmediatamente.

Un momento antes había sufrido la bofetada de Blanca, y ahora fue pegado por el conocido invertebrado de la Ciudad Río.

Este señorito de la Ciudad Jing perdería toda su dignidad.

Se lanzó hacia Rolando para recuperar su honor.

En su consciencia, este desperdicio ciertamente no era superior a Hector.

Pero todavía no alcanzó a Rolando, el cual ya le dio una patada.

Jacobo cayó en el suelo y torció la cara por el dolor.

No podía aguantar más la humillación que le había pasado esta noche, sacó el móvil del bolsillo y llamó a su padre
Olympus Scan
Olympus Scan
Serberus Scalation
Presentado