Por mi Padre [ 1 / 2]


¡Importante advertencia! Hemos corregido los capítulos de esta historia debido a posibles confusiones.

Por ello, le recomendamos que comience a leer desde el Capítulo 1 para ponerse al día y comprender completamente la trama.

Si desea continuar leyendo la historia anterior, puede encontrarla como "El ex esposo resulta ser impresionante".

Agradecemos su comprensión y esperamos que disfrute de la historia.

Bernard y Sus secuaces por lo general se comportaban de manera arrogante en la universidad.

Pero hasta ellos sabían que era mejor no provocar a un pandillero despiadado.

En ese momento, todos estaban con las cabezas gachas y en silencio.

Ni siquiera osaron mirar a Maison, porque no querían llamar su atención.

Por su parte, el verdadero culpable temblaba de miedo.

En ese momento vio a Trevor y se le ocurrió una idea.

De repente, lo empujó desde atrás.

"¡Ah!".

El empujón agarró a Trevor con la guardia baja y no pudo evitar tambalearse y casi cayó al suelo.

"¿Qué? ¿Tú fuiste quien me golpeó?", preguntó Maison, agarrando Trevor del cuello y a levantándolo del suelo con una sola mano.

"Sí, señor Ellis, él fue quien rompió su reloj", mintió Grant.

"¡Sí! ¡Lo vi con mis propios ojos, fue él!", lo secundó Bernard.

Maison arqueó las cejas y miró a Trevor con desdén: "Ah, pero si solo eres un pobre bastardo.

¿ Cómo vas a compensar mi reloj?".

"Yo.

.

.

¡Puedo pagarlo, pero me niego a compensarte por algo que no hice!".

Trevor se plantó ante Maison con una expresión firme en sus ojos.

Bah! Incluso si vendes tus órganos, no podrás pagar mi reloj.

Pero te diré lo siguiente: no me importa cómo, pero tienes que hacerte cargo de mi pérdida de una forma u otra".

El tono de voz de Maison era helado mientras miraba furioso a Trevor.

"Lo pagaría si fuera yo quien lo rompió, pero no fui yo.

¡Tu precioso reloj lo rompió el secuaz de Bernard!".

Las venas sobresalían de la frente de Trevor mientras agarraba con fuerza la raqueta y miraba al culpable.

Maison no hubiera malinterpretado todo si no lo hubieran empujado hacia adelante.

Él no tenía la culpa de nada.

Bessie saltó en su defensa.

"Trevor dice la verdad.

No fue él quien tiró la pelota.

¡En realidad, fue aquel muchacho!".

Maison soltó el cuello de Trevor y caminó balanceando su raqueta hacia el secuaz de Bernard.

"¿Fujste tú quien tiró la pelota?", preguntó mirándolo con ojos entrecerrados
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