Restaurante francés [ 1 / 2]


"Lo siento mucho, señor Sanderson, no debí haberle menospreciado", le dijo la recepcionista mientras se mordía el labio.

"No lo reconocí, realmente lo siento".

Levantó la mano para darse una bofetada, enseguida el sonido resonó por todo el lugar, y entonces comenzó a hacerlo repetidamente.

Trevor abrió los ojos sorprendido.

No podía entender lo que estaba pasando.

Un rastro de sangre se deslizó por la comisura de la boca de la recepcionista y su rostro comenzó a hincharse, pero aun así no paraba.

Trevor no tenía la intención de que ella se lastimara, así que exclamó: "Hey, detente! Solo no vuelvas a hacer eso, ¿de acuerdo?".

La recepcionista comprendió asintiendo, y sus ojos se iluminaron levemente.

Luego, respondió torpemente: "Señor Sanderson.

.

.

muchas gracias, ¡no volverá a pasar!".

Ciertamente se sentía agradecida de que Trevor la perdonara incluso después de eso, y Evie asintiósutilmente con satisfacción.

Se sentía contenta por la forma en la que Trevor manejó el asunto, pues si él no hubiese reprendido a la recepcionista por sus acciones, ella misma lo habría hecho por él.

Trevor tenía que aprender a defender su autoridad con sus subordinados, especialmente porque él era el jefe.

Así, cuando llegó la hora del almuerzo, los dos hermanos salieron.

Decidieron viajar en yate, pues planeaban ir a la isla en el lago de Finca Willard.

Los ojos de Trevor se iluminaron, maravillados al ver cómo dos peces grandes saltaban en el agua y seguían al yate.

En ese momento, Evie también le contó sobre los edificios de la finca.

Le explicó que había muchos tiburones en el acuario, así como leopardos en el zoológico e incluso un grupo de osos polares.

Los ojos de Trevor se abrieron con conmoción al escuchar eso.

Media hora después llegaron a la isla, haciendo una parada en un restaurante francés.

Los chefs tenían al menos tres estrellas Michelin, por lo que sus habilidades culinarias estaban a la par de los más prestigiosos, y naturalmente, losingredientes que usaban para sus platos eran frescos, especialmente la carne.

A menudo usaban la parte más tierna de los cortes Charolais, que provenían de Francia.

"Trevor, este es el mejor restaurante de Finca Willard, no cualquiera puede venir, pues la gran mayoría no se puede permitir contar con una tarjeta VIP diamante", explicó Evie con una sonrisa
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