¿No te das cuenta de que el vaso ha sido cambiado? [ 1 / 2]


Los gritos de Román resonaron en el bar.

Lauturo no pudo vencer a Rolando, pero fue suficiente para golpear a Román.

Señor Lauturo, he conocido mis errores.

Golpéame ligeramente.

Román gemió sin cesar.

Román odiaba profundamente a Rolando.

Si no hubiera sido ese desperdicio que repentinamente dio a Lauturo una bofetada, no habría sido maltratado por el señor Lauturo.

“Pero, ¿por qué ese desperdicio tiene tanta habilidad de pelear? Incluso Lautaro no puede ser su oponente.

” Román pensando.

Después de un rato, Lauturo paró y la cabeza de Román ya se hinchó mucho como la de un cerdo.

Lauturo volvió su cabeza hacia Rolando y lo miró con furia.

A su parecer, Rolando descubrió sus defectos debido al demasiado descuidado.

Si no, con la capacidad de Lauturo, ¿cómo sería posible que fuera vencido por uno tan inepto? Sin embargo, la fuerza de ese tipo fue realmente grande.

No pensaba que haciendo trabajos domésticos podía formar tan gran fuerza.

Lauturo miró hacia Carlos Fuentes, quien estaba preparado.

Si Rolando hubiera dado unas bofetadas más a Lauturo, Carlos se habría abalanzado hacia Rolando y peleado con él probablemente.

Lauturo miró hacia Rolando con una risa fría y dijo, Rolando, ¿piensas que eres muy poderoso? Rolando miró hacia Lauturo con mucha tranquilidad y dijo, Lo siento.

Golpearte no me deja sentir satisfacción.

Lauturo se volvió bruscamente furioso porque Lauturo se creía ser versado en pelear, pero Rolando le dio una bofetada.

Lauturo pensó que Rolando seguramente se creía ser poderoso al verncer a él, por eso, quiso instigarle a la hora de que Rolando estaba llenaba de orgullo.

Lauturo se sintió inesperado que ese tipo creyera que vencer a Lauturo mismo no le ofreció nada orgullo.

Eso enfadó mucho a Lauturo.

Sin embargo, en ese momento, no le importaba tantas cosas y dijo con frialdad, Yo Lauturo tengo tanta fama y reputación en la Ciudad Río, no valiéndome de la fuerza y violencia.

Dado que tú eres tan orgulloso y atrevido, ¿por qué no peleas con mi guardaespaldas? Si lo vences, reconoceré que té eres verdaderamente poderoso.

Rolando echó un vistazo a Carlos.

No le tenía mucho interés y dijo, Lo siento.

No tengo interés por hacerlo.

Después de decirlo, se fue y se detuvo detrás de Brenda.

Lauturo descubrió que Rolando no se había atrevido a aceptar el reto.

Aseguró que su fracaso solo debió a la buena suerte de Rolando.

Si no, ¿por qué no se atrevería a pelear con Carlos? Todos los invitados vieron el rechazo de Rolando.

También creyeron que Rolando tenía mucho miedo por el fornido de Carlos Fuentes.

Generalmente pocas personas podía vencer a este hombre.

Lauturo hizo una burla y dijo, El desperdicio es meramente un desperdicio.

Yo no como tú, todos los días haces tantos trabajos domésticos y con eso formas tu grande fuerza.

Sin embargo, vencer a mí es insignificante.

Dado que no tienes coraje de pelear con mi guardaespaldas y se has atrevido a decir que sus músculos son solo apariencias, te veo que no solo eres un desperdicio, sino que también te gusta alardearte.

Ese momento Román ya se había levantado del suelo y dijo seguido a Lauturo, De acuerdo.

Rolando es un verdaderamente desperdicio.

Nada habilidad tiene y le gusta alardearse.

En mi casa ya le veo muchas veces hacer alarde.

Rolando no reaccionó por esas palabras, estando de pie detrás de Brenda.

Lauturo le vio no reaccionar nada.

Le maldijo en su corazón, regresó a su asiento y se sentó.

Brenda vio que Rolando no aceptó el reto de pelear con Carlos.

Sintió un alivio por dentro y volvió su cabeza hacia Rolando y le miró.

Rolando sonrió y dijo, Te escucho, no impulsivo.

Brenda también sonrió y en su corazón sintió una corriente caliente.

Lauturo siguió bebiendo con los demás, al mismo tiempo buscaba oportunidad para dejar a Brenda beber más.

No pasó mucho tiempo, la cara de Brenda se volvió roja.

Era muy encantadora como si fuera una manzana recién madurada.

A la hora de que Lauturo vio que Brenda ya estaba en ese estado, le quería más y desaba hacer el amor con ella.

A todo el mundo le gustaba la mujer guapa.

Además, Lauturo fue dado una bofetada por Rolando y siempre se disponía a vengarse de él.

En la opinión de Lauturo, hacer el amor con la esposa de Rolando, sin duda alguna, sería la mejor medida para vengarse de Rolando.

Lauturo sonrió con malevolencia mirando a Brenda y luego dijo algo a un hombre al su lado.

Ese hombre se levantó y salió después.

Cuando salió, ese hombre echó un vistazo hacia Rolando con una mirada llena de burla.

No pasó mucho tiempo, una chica que sentaba al lado de Brenda se levantó repentinamente y dijo, Ellos hombres solo saben beber.

Me siento muy aburrida.

Yo sé un bar alrededor de aquí que les ofrece a las chicas un lugar para diversión.

¿Por qué no nos vamos a ese bar? Todas las chicas presentes estuvieron de acuerdo inmediatamente.

Se levantaron de su asiento y quisieron irse.

La chica que acabó de proponer esa idea vio a Brenda y dijo, Ven con nosotros.

Al terminar las palabras, sin importar si Brenda estaba de acuerdo, directamente le tiró del brazo y caminó hacia ese bar.

Brenda estaba un poco borracha y su mente ya no estaba lúcida.

Por lo tanto, no se resistió.

Rolando vio esa situación, al instante les siguió.

Pero en ese momento unas chicas le miró enojadamente y le dijo, ¿Qué quiere hacer? ¿Acaso quieres ir a donde las nos divertimos? ¡Cuánto asqueroso! Rolando no sabía qué poder decir en seguida.

Estaba preocupado por Brenda.

En ese momento, el hombre que acabó de salir ya regresó aquí, con una botella de vino en su mano.

Vio que las chicas ya se habían ido, por eso directamente tomó el hombro de Rolando, le dejó sentar en un asiento y le dijo, Hermano, ellas chicas ya se ha ido para divertirse.

Sienta y bebe un poco con nosotros.

Rolando frunció el ceño pensando que esas personas tenía mucha malicia y le tendía una trampa.

Ese hombre vertió una copa de vino a Rolando y le dijo, Lo que pasó enntre el señor Lauturo y tú debe totalmente ser un malentendido.

Meramente es una nimiedad.

Como somos hombre, no nos importa nada ese tipo de asunto.

¿Por qué ambos no bebéis una copa de vino, y luego olvidad todo? ¿Qué te parece? Rolando miró fijamente a esa copa de vino y sonrió jocosamente.

¿Cómo? ¿Acaso eres tan intolerante y rencoroso? ¿Siempre te llevas mal conmigo simplemente por ese asunto insignificante? Lauturo miró fijamente a Rolando diciendo.

Rolando sonrió y le dijo, ¿Cómo es posible que yo sea así? En ese caso, tomaré una copa contigo.

Al terminar esas palabras, tomó la copa sobre la mesa.

Pero nadie se dio cuenta de que, Rolando ya había cambiado su copa de la de otro hombre a su lado.

Lauturo le vio a Rolando tomar el vino, sonrió y comunicó con ese hombre por la mirada.

Rolando bebió todo el vino en su copa
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